Té Amarillo
El color del emperador
El emperador de la antigua China se vestía tradicionalmente de color amarillo, el cual simbolizaba el lujo y la riqueza.
El té amarillo, también conocido como té dorado, tiene el honor de ser una de las variedades más raras y difíciles de conseguir. Solamente se producen pequeñas cantidades en regiones de China como la provincia de Hunan o la provincia de Anhui. Pero este tipo de té cuenta con fieles seguidores como, por ejemplo, el presidente Mao.
Su proceso de elaboración es realmente complejo y costoso. Comienza con la cosecha, momento en el que se seleccionan y recolectan a mano los brotes más tiernos y se pueden necesitar hasta 60.000 brotes para conseguir un kilo de té amarillo. Después el proceso es similar al del té verde, pero se le añade una etapa extra en la que se envuelve o se apilan los brotes de té mientras aún están húmedos. Así, gracias al calor y la humedad que existe dentro del envoltorio o pila, se produce una fermentación no enzimática que otorga al té amarillo un sabor más suave.
Como vemos, no sólo el proceso es más largo y complicado que el del té verde, sino que la propia cosecha se convierte en una tarea muy exigente. Es por eso, que la producción del té amarillo es muy escasa y encontrarlo en el mercado se convierte en una odisea. Además, el aumento de la demanda del té verde, junto a un proceso más sencillo de producción, han provocado que las producciones de té amarillo sean cada vez más limitadas.